jueves, 15 de noviembre de 2012

Los nervios pre-derbi


Cuando escribo esto quedan poco más de tres días para que arranque el derbi sevillano. Sin duda alguna, el partido que más pasiones y más sentimiento levanta en España. Las hormiguitas en mi barriga comienzan a moverse descontroladamente.

En estos días son muchos los recuerdos que se vienen a la mente. La dualidad tantas veces mencionada de esta bella ciudad hace acto de presencia en mi cabeza. Por un lado, aparecen los momentos malos sufridos en los derbis jugados en Nervión: las derrotas sufridas, los canallas que hicieron gala de su talante, los ultras liándola… Me acuerdo de la mano de Luis Fabiano; del 3-0 sufrido la temporada que Betis y Sevilla descendieron; de Antoñito marcándole al Betis: del cuchillo lanzado desde la grada; de los energúmenos que le propinaron una brutal paliza a un guardia de seguridad; del demente que le intentó pegar a Prats; de las peleas entre los ultras de ambos lados; del triste derbi de las camisetas, en el que Caparrós y Cristóbal Soria tuvieron más culpa de lo que pasó que el propio árbitro; de la bengala que a punto estuvo de alcanzar a Fabricio; y de la impotencia que se te quedaba al ver que habíamos jugado mejor que ellos en muchos partidos pero no conseguíamos ganarles.

Pero por otro lado, aparecen en mi mente momentos inolvidables: Alexis convirtiendo en gol el penalti que Diego le hizo a Cañas y que sirvió para ganar el primer derbi con Serra Ferrer en el banquillo bético; el propio Alexis haciendo el primer gol de aquel 0-3 apoteósico, en el que Olías marcó un golazo sublime; de Joaquín driblando a sevillistas para dársela a placer a Gastón Casas; los buenos momentos de fútbol disputados en Nervión aunque no sirvieran siempre para ganar; de Sergio García y Oliveira acabando con trece años de sequía en el Pizjuán; y sobre todo, del pasado 2 de mayo. Ese día será difícil de olvidar para los que sentimos en verdiblanco. Ganar un derbi de esa manera es orgásmico. Contárselo a mi hermano, que estaba en Venecia y no pudo verlo, fue un gozo. Me acuerdo que él me preguntaba: “¿por abajo?, pero, ¿por abajo cómo?” Pues sí, por abajo, que no por lo bajini, porque, sin duda, aquel día, el Betis dio una lección de casta, orgullo, coraje y amor a un escudo y unos benditos colores verde, blanco y verde.

No podemos saber lo que va a pasar el domingo. Podemos intuir que el Betis de Mel saldrá enchufado gracias al veneno que el entrenador bético meterá en el vestuario verdiblanco. Yo, por lo menos, tan sólo pido eso: que los jugadores den todo lo que tienen, que se partan el alma en el partido. Después ya se verá quién se lleva el gato al agua. Ah, y que reine la cordura y el buen comportamiento.

2 comentarios:

  1. .....y los cuernos a Paco, y esas dos faltas de Cardeñosa a Gustavo Fernández, y el Domingo de Romo, y los que vivieron aquel histórico 2-4 de 1958 inaugurando Villa Ramona.
    Yo estoy igual. Se acerca y muchas veces pienso en no verlo porque me pongo muy nervioso. Y con el Betis nunca sabes que va a pasar, esté bien o mal.
    Llevan toda la semana en el plus poniendo partidos de temporadas anteriores. Ya he visto dos veces el de la 96-97 el del gol de Olías. Muy poca gente lo sabe, pero cuando acabó ese partido, al llegar los jugadores béticos al vestuario, Serra les echó la bronca del siglo. Porqué, diréis después del baño y del 0 a 3. Porque según Serra tuvieron la oportunidad histórica de haber sido más escándalosa la goleada y pusieron el freno de mano.
    Ese es el Betis.

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