Cuan distintas
hubieran sido las cosas si los jugadores del Betis hubieran tenido compromiso
en el derbi de hace dos días. Al menos yo sólo pido eso: compromiso. Los
jugadores de fútbol pueden ser mejores o peores, pero sin compromiso no son
nada.
Para mi es muy fácil
y muy triste explicar lo que ocurrió en Nervión. Y es que todo hubiera sido
diametralmente opuesto si los jugadores del Betis hubieran estados
comprometidos con la dimensión del partido, del club al que representan y la
afición que tienen a su favor. Por ser piadoso, soy capaz hasta de perdonar el
error de Adrián a los trece segundos. Quedaban todavía noventa y tantos minutos
para hacerle frente a un rival que le tiemblan mucho las piernas cuando le
aprietan. Pero eso no ocurrió. Lo que pasó fue que el Betis fue una ONG. Yo
puedo concebir que el eterno rival te meta cinco goles porque te de un repaso
de juego. Lo que es inconcebible e imperdonable es que regales cinco goles al
Sevilla. Jamás el club de Nervión jugó un derbi tan tranquilo y plácido. Once maniquís
del Corte Inglés les habrían hecho más oposición a los jugadores sevillistas. Da
igual que el rival fuera el Sevilla, el Coria o el Loreto. Con esa pasividad y
permisividad te pinta la cara cualquiera.
Hace dos años, un
Betis que estaba en Segunda División, se ganó el respeto y la admiración de
España entera tras un partido de Copa en el Nou Camp, y eso que acabó ese
encuentro 5-0. Pero la actitud y la imagen de los jugadores fueron totalmente opuestas
a la del pasado domingo. En el mismo escenario, hace un año, el Betis perdió
4-2 frente al mismo rival. Y las sensaciones fueron idénticas. Se perdió, si,
pero dándolo todo. Exprimiéndose hasta el último minuto como si fuera el último
partido que esos jugadores fueran a disputar en sus vidas. Así y sólo así se
puede afrontar esos partidos de tanta relevancia.
Ahora vienen
curvas cerradas y peligrosas. Primero el Real Madrid, que no se puede permitir
más traspiés y que contará, seguramente, con esa ayudita extra que tiene el
conjunto blanco. Después viajará el Betis a Coruña, para medirse contra un
rival que está pasando muchos apuros y que tratará de enderezar el rumbo. Y
para terminar el tríptico post-derbi, nada más y nada menos que el Barcelona,
que cuenta con las mismas ventajas del primer rival. El panorama no puede ser más
desalentador.
El futuro del
Betis en este campeonato se va a dilucidar en el próximo mes de competición. Con
compromiso y con una actitud adecuada se conseguirá salir de este atolladero
con las garantías necesarias para que el resto de la Liga no sea un calvario. Y
como dije en el primer párrafo, los jugadores de fútbol pueden ser mejores o
peores, pero sin compromiso no son nada.
Miedo me da todo.
ResponderEliminarEa, uno menos. Después del varapalo ayer me acosté con la buena noticia que por fin nos libramos del 9. Y ahora digo una cosa, si eso lo tenían en mente, que hacía nuestro entrenador contando con este individuo, y más en un partido como el del domingo. Todo muy lamentable, está usted perdiendo mucho sr. Mel.
ResponderEliminar