martes, 12 de noviembre de 2013

Buitres despechados

Nuevamente se pasa por este blog J. J. Barquín para opinar, acertadamente desde mi punto de vista, sobre un periodista que se está cubriendo de gloria cada vez que habla o escribe.

Decía mi abuela que no hay nada peor en este mundo que un “piojo resucitao”. Se refería a ese tipo de persona que por avatares de la vida mira por encima del hombro cuando antes vivía como el resto de los mortales. Creo que después de ver en TeleSevilla varios programas de Con las botas puestas, podemos acuñar otro término: no hay nada peor que un “bético despechao”.

En estos momentos, esa figura la encarna de manera sobresaliente y patética, el periodista Javier Mérida, que tras no ascender a los altares de la comunicación verdiblanca despotrica, de forma resentida, de todo lo que tenga que ver con su equipo del alma. Tras varios programas dando a diestro y siniestro, repartiendo estopa a todos los órganos del club, el pasado lunes se vino arriba y termino por acusar a la afición del Real Betis de ser sumisa y complaciente por cantar el himno del club cuando se estaba perdiendo 0-4 contra el Barca el pasado Domingo. Lo que para todos los béticos fue un emocionante gesto de apoyo, fidelidad y amor a unos colores, destacado incluso por toda la prensa nacional como claro ejemplo de lo que es y significa la afición del Real Betis, para este sectario periodista fue un ejercicio de sumisión y complacencia. Incluso, su osadía llego a tal extremo, que fue capaz de afirmar que la gestión económica que está haciendo el actual consejo es mucho peor que la de anteriores equipos directivos, incluido el de Ruiz de Lopera.
 
Siendo malvado uno podría pensar que el insigne Manolo Castaño le ha prometido ser jefe de prensa si le hace una campañita contra los actuales mandatarios para remover este río en calma es el Betis actual. No quiero ser malo, no quiero ser retorcido aunque también decía mi abuela eso de “piensa mal y acertarás”. Creo que se avecinan tiempos convulsos en los que los béticos deberán estar muy atentos a los movimientos y acciones de ciertos personajes dañinos que rondan como buitres por los alrededores de la Palmera.

 
PD: Cuando la jueza Alaya puso en la planta noble de la Palmera a José Antonio Bosch fue muy criticado por una frase: vengo a salvar al Betis de los béticos. Creo que no se entendió el profundo mensaje que el jurista intentaba transmitir, ya que tras una etapa ignominiosa y humillante para el beticismo, su intención era sanear el club de la ruina en la que lo habían instalado Lopera y su tropa y velar para que no volvieran a entrar en la institución béticos con la intención de aprovecharse del Betis. De esos buitres hablamos.

J. J. Barquín

2 comentarios: