Nuevamente se pasa por este blog J. J. Barquín para opinar, acertadamente desde mi punto de vista, sobre un periodista que se está cubriendo de gloria cada vez que habla o escribe.
Decía mi abuela
que no hay nada peor en este mundo que un “piojo resucitao”. Se refería a ese
tipo de persona que por avatares de la vida mira por encima del hombro cuando antes
vivía como el resto de los mortales. Creo que después de ver en TeleSevilla
varios programas de Con las botas puestas,
podemos acuñar otro término: no hay nada peor que un “bético despechao”.
En estos
momentos, esa figura la encarna de manera sobresaliente y patética, el
periodista Javier Mérida, que tras no ascender a los altares de la comunicación
verdiblanca despotrica, de forma resentida, de todo lo que tenga que ver con su
equipo del alma. Tras varios programas dando a diestro y siniestro, repartiendo
estopa a todos los órganos del club, el pasado lunes se vino arriba y termino
por acusar a la afición del Real Betis de ser sumisa y complaciente por cantar
el himno del club cuando se estaba perdiendo 0-4 contra el Barca el pasado
Domingo. Lo que para todos los béticos fue un emocionante gesto de apoyo,
fidelidad y amor a unos colores, destacado incluso por toda la prensa nacional
como claro ejemplo de lo que es y significa la afición del Real Betis, para
este sectario periodista fue un ejercicio de sumisión y complacencia. Incluso,
su osadía llego a tal extremo, que fue capaz de afirmar que la gestión
económica que está haciendo el actual consejo es mucho peor que la de
anteriores equipos directivos, incluido el de Ruiz de Lopera.
Siendo malvado
uno podría pensar que el insigne Manolo Castaño le ha prometido ser jefe de
prensa si le hace una campañita contra los actuales mandatarios para remover
este río en calma es el Betis actual. No quiero ser
malo, no quiero ser retorcido aunque también decía mi abuela eso de “piensa mal
y acertarás”. Creo que se avecinan tiempos convulsos en los que los béticos
deberán estar muy atentos a los movimientos y acciones de ciertos personajes
dañinos que rondan como buitres por los alrededores de la Palmera.
PD: Cuando la
jueza Alaya puso en la planta noble de la Palmera a José Antonio Bosch fue muy criticado
por una frase: vengo a salvar al Betis de
los béticos. Creo que no se entendió el profundo mensaje que el jurista
intentaba transmitir, ya que tras una etapa ignominiosa y humillante para el
beticismo, su intención era sanear el club de la ruina en la que lo habían
instalado Lopera y su tropa y velar para que no volvieran a entrar en la
institución béticos con la intención de aprovecharse del Betis. De esos buitres
hablamos.
J. J. Barquín
Sobresaliente J.J. Ojo a la camisa de Javier Mérida.
ResponderEliminarSerá joputa el tío. Lo comparto en el feisbu.
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