Gran
victoria del Betis frente a un rival que fue un pelele en manos de los de Mel. La
goleada no sirve para certificar matemáticamente la clasificación europea por
la victoria del Rayo y su presumible recurso al TAS.
A los
trece segundos Rubén Castro logró el primero y dejó muy tocado al Zaragoza. Los
maños se jugaban la vida y el gol les hizo mucho daño. El juego de los
verdiblancos fue eléctrico, rápido y muy vertical. Los beneficios que aporta Jorge
Molina al juego del Betis van más allá de sus goles. Una muestra es el segundo
gol bético. El de Alcoy fue a recibir de espaldas el balón muy alejado del
área, provocando que los centrales se adelantaran y dejaran un hueco enorme
entre ellos y el portero. Eso lo aprovechó Salva Sevilla para lanzar un pase en
profundidad hacia Castro, que le sirvió el balón a Pabón para que el colombiano
lograra el segundo.
El monólogo
bético siguió tras el descanso, y pronto el tercero subió al marcador. Otra
jugada rápida del ataque verdiblanco dejó a Molina frente a Roberto para lograr
un nuevo gol. Luego llegó el segundo de Pabón tras un veloz contragolpe brillantemente
ejecutado por Rubén Castro, Salva Sevilla y el colombiano. Un lanzamiento
lejano respondido espectacularmente por Adrián y un remate de cabeza tras un
saque de esquina fue lo único peligroso de los de Jiménez. El trabajo estaba
hecho y los resultados acompañaban, pero a última hora, un gol del Rayo
Vallecano, hizo que los números no cuadraran, ya que a pesar de la sanción
rayista, el club de Madrid piensa recurrir si es séptimo.
Luego
llegó la celebración, merecida, y justificada, porque la temporada ha sido un
éxito y había motivos más que suficientes para que los jugadores se despidieran
así de la afición. Pero hubo dos lunares en ella: la bandera europea de Palmerín
y el speaker diciendo lo de EuroBetis.
LO MEJOR: el partidazo del Betis y el
homenaje a Esnaola.
LO PEOR: lo de Palmerín y el speaker.
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