En el plano deportivo el año ha sido
magnífico. Salvo el derbi de hace poco más de un mes, el resto es para
enmarcar. En una hipotética clasificación anual, el Betis sería quinto,
curiosamente el mismo puesto que ocupa en la Liga actualmente. Como momentos
cumbres del año habría que destacar la victoria en Nervión con los dos goles de
Beñat y el reciente triunfo frente al Real Madrid. En el plano individual hay
que resaltar los números y la aportación de Rubén Castro, la madurez de Beñat
que se ha convertido en un fijo para Vicente del Bosque y el debut de Adrián
que se ha afianzado en la portería bética. Como contrapunto a todos estos
aspectos positivos, se encuentra la poca aportación de los fichajes del Betis.
Salvo Paulao, Juan Carlos y en menor medida Campbell, el resto todavía no ha
justificado con nota su fichaje.
Todas estas buenas sensaciones tienen
un principal responsable: Pepe Mel. El entrenador madrileño está demostrando
que es capaz de sacarle un rendimiento superlativo a la plantilla, cuyas
prestaciones están por encima de lo previsto por cualquiera. Además se une el
hecho de que el bético ve en Pepe Mel a una persona implicada con el
crecimiento del club, que está orgulloso y encantado de entrenar al Betis y que
no se anda con rodeos a la hora de explicar cualquier cosa relacionada con el
equipo. La labor de Mel es digna de elogio y con el tiempo cobrará más
dimensión de la que tiene actualmente.
En cuanto al ámbito institucional, el
Betis sigue inmerso en una delicada situación económica que poco a poco va
mejorando. Los actuales dirigentes están guiando al club por la senda de la
austeridad, pero es que no parece haber otra forma. La entidad no se puede
permitir desliz alguno en el plano económico, pero han presentado recientemente
un ambicioso proyecto que pretende remodelar por completo las infraestructuras
del club. Confiemos en que el Proyecto Heliópolis vea la luz y sea una
realidad. Sobre el papel es extraordinario. Por otro lado, el club sigue con la
incertidumbre del proceso judicial, que parece no tener fin.
Pero si algo ha marcado el año 2012 ha
sido el fallecimiento de Miki Roque. El joven jugador del Betis no le pudo
ganar la batalla al cáncer y falleció a finales de junio. Cuentan que no se
cansó de luchar y que hasta cuando estaba todo perdido, él seguía rebosando
optimismo y animando a todos los que le arropaban. Su familia dio una muestra
de entereza y de saber estar impropias de una situación tan dramática. A la
pérdida de Miki se le unieron en pocos días la dos béticos de categoría: Alfonso
Jaramillo y Antonio Picchi. Antes, en febrero, se unió a los béticos del cuarto
anillo el ex presidente del Betis Juan Manuel Maduit. Estén donde estén, seguro
que siguen animando al Real Betis.
Estos han sido, desde mi punto de
vista, los aspectos más destacados de 2012. Para el año que entra en pocas
horas lo único que se le puede pedir es, como no podía ser de otra forma, SALUD Y BETIS, MUCHO BETIS.
Feliz Año verdiblanco a todos los béticos.
ResponderEliminarLa putada va a ser que no vamos a tener pasta para ir a verlo por Europa. Nos conformaremos con ir al Bierzo y verlo con la Ponferradina que va a subir a Primera. ¡Qué buena excusa para ir para allá otra vez!.