Desde
que el Betis consiguiera la permanencia virtual la pasada semana venciendo a
Osasuna, muchos soñábamos con un final de campeonato épico en el que el
conjunto verdiblanco optara a las posiciones de Europa League. El Valencia, con
una goleada incontestable, ha truncado ese sueño.
Un
partido como éste es fácil de analizar. El Betis jamás apareció sobre el césped
de Mestalla y se vio desbordado por un rival más rápido, contundente y mejor.
Ha sido tal la superioridad, que los errores arbitrales pasan a un segundo
plano, porque sin ellos también habrían caído los de Mel goleados. Pronto se
puso el marcador en contra y pronto se pudo ver que había pocas opciones de
sacar algo positivo del encuentro, que fue un auténtico monólogo valencianista.
Puede que el saberse salvados haya perjudicado a los jugadores verdiblancos,
que no han mostrado la intensidad de otras ocasiones. Para colmo de males,
Dorado fue expulsado por derribar a Feghouli, que partió en claro fuera de
juego. Si tiempo para asimilar la
inferioridad numérica, el extremo francés hizo el segundo. Ya al final llegaron
los otros dos y la expulsión de Molina por protestar.
Haber
conseguido el objetivo no debe ser excusa para que los partidos venideros se
afronten con desidia y apatía. Sobre todo porque hay uno en el que es
imprescindible afrontarlo con la mayor de las motivaciones. Que lo de hoy sea
sólo un accidente.
LO MEJOR: que se escuchaban más a los aficionados béticos que a los locales.
LO PEOR: el partido en general, que ha sido de los peores de la temporada.
No vi nada. He estado out todo el finde y eso que me he ganado. Llegué ayer de tierras portuguesas y me he enterado de tó. Yo sigo siendo bético y hay que conseguir todavía un puntito. Que todavía me acuerdo del último descenso. Y el Osasuna ya estaba desahuciado. ¿Os acordais?. Pues eso.
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