viernes, 21 de febrero de 2014

Mediocre, para no variar

Real Betis Balompié 1 (Dídac Vilà) – Rubin Kazan 1 (Eremenko de penalti)

Volvió el Betis a realizar un partido mediocre y desesperante ante un rival que jugó una hora de partido con un futbolista menos. Además, el conjunto verdiblanco desaprovechó una oportunidad de oro para poner pie y medio en los Octavos de Final de la Europa League.

Y eso que a los tres minutos Dídac anotó un gran gol que ponía por delante en el marcador a los pupilos de Calderón. El partido se puso de cara, pero el Betis no supo rematar la faena para ir a Rusia con tranquilidad. No es que hicieran, como dijo el entrenador argentino en la rueda de prensa, una primera parte magnífica, pero si fue aceptable. Lo que pasa es que la falta de calidad de este equipo es alucinante. Y así es imposible sentenciar un partido y dar un golpe sobre la mesa. Pero todo cambió tras el descanso. Volvieron de los vestuarios los jugadores del Betis con una actitud asquerosa. A la ya comentada falta de calidad, se le unió una apatía intolerable. Los pocos mas de diez mil espectadores que nos dimos cita en el Villamarín no merecíamos ese trato por parte de unos futbolistas que van a pasar a la historia del club de Heliópolis como los más sin vergüenzas  de todos cuantos han pasado por aquí. Y como las cosas malas se contagian, el árbitro se sumó a la nefasta fiesta y señaló un penalti que se produjo claramente fuera del área. Lo rusos empataron el partido y tomaron ventaja para la vuelta. El encuentro terminó con una tangana entre los jugadores de uno y otro equipo, para hacer más chabacano y barriobajero el triste espectáculo que habían ofrecido.

Lo peor de toda esta situación es la asimilación de la mediocridad que, por lo menos yo, tengo asumida. No me sorprende y ya ni me enfada este tipo de partidos y actitudes. Estoy deseando que llegue el mes de julio para ver si se alinean Júpiter y Saturno y el Betis monta un equipo digno para poder ascender a Primera División. Que asquito.

LO MEJOR: la casta de Perquis.

LO PEOR: la actitud de los futbolistas.

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