El
Betis lleva años sumido en una situación institucional caótica. Lo que está
ocurriendo en la actualidad no solamente es fruto de una mala planificación
deportiva. Es mucho más que eso.
No nos
engañemos: la situación deportiva de los tres años de Mel han sido milagrosa.
Qué un club con la inestabilidad institucional que lleva sufriendo el Betis por
culpa de Lopera, haya tenido un rendimiento positivo en lo deportivo, es
inusual. El mérito de ello le pertenece a Mel, que supo sacarle mucha partida a
lo que le trajeron y a los propios jugadores que se involucraron en el trabajo
del técnico madrileño. Obviamente, Stosic también parte de culpa con el acierto
en algunos fichajes. ¿Y qué
ha pasado para que todo se torciera esta temporada? Particularmente, creo que
la principal causa del desastre deportivo del Betis es que hay poco jugo que
sacarle a los futbolistas nuevos. Dicho de otra manera: la plantilla se ha
devaluado con respecto a la anterior. Y para colmo, el cambio de entrenador no
ha servido de revulsivo.
Como consecuencia
de la nefasta trayectoria en la Liga del equipo verdiblanco, el chiringuito se le
ha venido abajo a la Directiva. Mel era el paragolpes de los directivos y, al
no estar él, los golpes que antes se esquivaban les empezaron a dar de lleno.
Cayó Stosic, luego el Consejo de Administración reprobó a Bosch y por último,
también se le abrió la puerta de salida a Garrido. Un caos que dará, salvo
milagro inesperado, con los huesos del Betis en el suelo de la Segunda
División. Ese es el futuro del club de Heliópolis.
Pero
como hasta que haya alguna remota posibilidad de salvarse, el Betis debe
agarrarse a ella, se ha apostado por la contratación de Gabriel Humberto
Calderón. El técnico argentino tiene ante sí la oportunidad de su vida. Supongo
que será consciente de que, lo más lógico, es que no consiga obrar el milagro
de la permanencia, pero confío ciegamente en que va a transmitirle a los
futbolistas que es posible. A ese clavo ardiendo tenemos que agarrarnos los
béticos. Dieciocho finales quedan por disputar. Habrá que ganar, al menos, la
mitad de ellas. Como ya hay poco que perder, a luchar con todas las fuerzas para
que el milagro se haga realidad.
Y si no
se consigue la salvación, a buen seguro que estos meses de trabajo, le servirán
a Calderón para sentar las bases del proyecto que deberá hacer regresar al
Betis al lugar que le corresponde. Por lo menos, el argentino sabe qué
significa ser bético y toda la responsabilidad que eso conlleva.
Y para colmo, todo el que entra en este club, sea accionista mayoritario, se administrador judicial, sea entrenador......todos intentan meter mano y llevárselo calentito.
ResponderEliminarComo bien dices, Mel era el paraguas. Y al final ha venido bien echar a Mel para destapar algunas cosas, como lo de Bosch.
Pero resulta que el nuevo administrador que nombra la jueza Alaya, también se las trae. Aquí el que no corre vuela, y ya tenemos a nuestro nuevo imputado, y de la manita del mismísimo marido de la jueza. Ojú.