martes, 31 de diciembre de 2013

2013: lo que pudo haber sido y lo que fue

El año que acabará en pocas horas pudo haber sido espectacular. Las bases estaban puestas para poder dar un salto en las aspiraciones y en los objetivos del proyecto deportivo del Betis, pero la realidad ha sido completamente distinta.

Pocos imaginábamos en junio que el Betis fuera a terminar el año como colista de la Primera División. Cuando Jorge Molina mandó a la escuadra en balón que supuso el punto que necesitaba el equipo verdiblanco para sellar su pasaporte europeo, la ilusión y la alegría se desataron entre la fiel afición bética. El Betis había culminado su particular travesía del desierto y parecía que dejaba atrás definitivamente los fantasmas del pasado. Nada más lejos de la realidad. Un pésimo trabajo a la hora de confeccionar la plantilla para la temporada más ilusionante de los últimos años, tiró por la borda todo lo logrado desde julio de 2010. Los fichajes llegados devaluaron deportivamente al Betis, que fue incapaz de competir con garantías desde septiembre.

Como consecuencia de todos estos errores groseros, Mel dejó de ser el entrenador del Betis y Stosic también fue despedido como Director Deportivo. Ahora, el club de Heliópolis, se encomienda a que Garrido y su equipo de ayudantes acierten con los fichajes y le saquen el rendimiento que permita al equipo verdiblanco remontar posiciones en la tabla y evitar el descenso. Será un trabajo arduo y complejo, pero mientras haya vida hay que mantener la esperanza.

Y no solo ha perdido el Betis crédito en lo meramente futbolístico. Institucionalmente también está en crisis. Las voces contrarias al consejo son cada vez más numerosas y sonoras. Si bien la gestión económica es modélica, el fracaso a la hora de invertir lo necesario para crear un equipo de garantías es rotundo. Se une todo esto a las últimas noticias aparecidas en torno a Bosch Valero, que de ser ciertas, debería dimitir de inmediato o, en su defecto, ser sustituido por el Juzgado que instruye el caso judicial en el que está inmerso el club.

Otro de los episodios negativos ha sido protagonizado por los ultras. No es nada nuevo lamentablemente, pero este año se ha llegado demasiado lejos. Han entrado al césped durante un entrenamiento con el consentimiento de Pepe Mel; los gritos y gestos racistas del pasado derbi en Nervión y contra Nosa en el del Villamarín han manchado la imagen de una afición que para nada se ve representada por estos aficionados; y agredieron e insultaron a los simpatizantes del Vitoria de Guimaraes, que se tomaron la justicia por su mano cuando el Betis visitó Portugal y la tragedia se esquivó de manera milagrosa. Esta gente no aprenderá jamás, y bien haría el club en seguir el ejemplo del Real Madrid.

Así que lo que pudo haber sido un año bonito y espectacular, ha derivado en una crisis total y muy grave. Ojala que la entrada del nuevo año traiga un nuevo Betis. Pero tened en cuenta que, a nuestro amado club, hay que quererlo cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite.

Feliz 2014 y VIVA EL BETIS.

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