miércoles, 26 de septiembre de 2012

Más vale lo malo conocido…

Este mediodía me ha llegado este artículo de mi amigo J.  J. Barquín. Publicado queda, porque lleva más razón que un santo.

He de reconocer que me pillé un buen cabreo con el tema Iriney. Con el tiempo, la irritación con el futbolista se ha trasladado hacía los rectores del club, viendo el resultado final de la operación.
 
Iriney estuvo tres años en la disciplina verdiblanca, demostrando sobre el terreno de juego un nivel de entrega y profesionalidad, que hacía tiempo no se contemplaba por el Villamarín. El capitán se ganó el cariño y el reconocimiento de una afición que, por mucho menos, ha idolatrado a otros jugadores que han pasado por La Palmera. Pero llegó el momento de citarse en los despachos y los gestores verdiblancos no han sabido gestionar correctamente la renovación del jugador. Repasemos las cifras, que son las que mandan y ponen a cada uno en su sitio. Iriney ganaba en el Betis 800.000 euros netos anuales y se le ofrece una renovación por 360.000 euros netos. Menos de la mitad de su sueldo. El Betis aduce que la economía del club es la que es y Miguel Guillén actúa de Rajoy, al indicar que la herencia recibida no permite salirse de las directrices que impone Bosch. Pero siempre que un puesto se queda vacante, hay que buscar un sustituto. Y, ¿se pensó en la cantera al no haber cuartos? No. La maquinaria de vídeos y contactos de Stosic se puso en marcha y llegó Nosa Igiebor. Volvamos a las cifras: el fichaje del nigeriano ha supuesto 1 millón de euros más su sueldo que, según dicen, estaría cercano a los 300.000 euros. Y llegados a este punto, y después de contemplar las primeras e “indescriptibles” apariciones del futbolista de color, yo me pregunto: ¿no habría sido más fácil invertir el dinero de Nosa en la ficha de Iriney y seguir contando con un jugador que ha demostrado su valía y rendimiento?
 
Llegados a este punto, el refranero español es la mejor herramienta para describir los acontecimientos. Además, del utilizado en el título se podría echar mano de varios pero lo dejo a la elección de los amables lectores.
 
J. J. Barquín
 
 
 

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