Si a los diez
minutos te pitan penalti en contra, te expulsan al portero y un rival que es
superior a ti se pone 1-0, intentar sacar algo positivo del partido es una
quimera. Fueron cuatro, pero pudieron ser más.
El partido estuvo
condicionado por la jugada ya comentada. El Málaga se sintió muchísimo más cómodo
por la superioridad numérica y porque es mejor equipo que el Betis. Luego llegó
la jugada del 2-0. No nos engañemos. Si esa jugada nos pasa a favor de nosotros
y nos la anula el árbitro nos da algo. Es dudosa la posición, pero no clara. La
podría haber pitado o no y no lo ha hecho.
Mejoró el Betis
un poco e la segunda mitad, donde Rubén Castro a punto estuvo de recortar
distancias en el marcador. La mejoría bética no fue constante, y el Málaga
aprovechó para infringir una goleada abultada al rival. Primero Amaya en propia
puerta y luego Isco tras un error garrafal de Cañas llevaron el 4-0 al electrónico.
Adrián evitó una goleada mayor, que hubiera sido injusta por otra parte.
Hay que
recuperarse cuanto antes, olvidar estos dos partidos raros y mirar hacia
delante. El sábado nos visita la Real Sociedad y no podemos volver a fallar más
en casa.
LO MEJOR: el debut de Adrián.
LO PEOR: la goleada recibida.