El
líder de la Liga no dejó pasar la oportunidad que le brindó el Betis en el
Villamarín y se alzó con los tres puntos. El encuentro tuvo dos detalles que lo
marcaron: el tiro al palo de Juan Carlos y la justa pero innecesaria y absurda expulsión
de Braian.
Cuando
comenzó a rodar el balón por la hierba de Heliópolis, el club madrileño aun no
era el primero de la tabla. Consiguió alzarse a ese puesto tras la derrota del
Madrid frente al Barcelona. A las cinco de la tarde se enfrentaban, por tanto,
el segundo frente al último clasificado de la Liga BBVA. Sin embargo la
diferencia no fue tal y el partido estuvo igualado. Cierto es que el Atlético,
rara vez, domina apabullando al rival. Su estilo es otro: se parapeta bien
defensivamente, busca con balones largos y al espacio a Diego Costa y los
atléticos muerden cada balón como si fuera el último que fueran a disputar en
sus vidas. El caso es que la igualdad fue la tónica dominante de la primera
mitad, de la que solo hay que destacar la injusta primera amarilla a Braian (sería
decisiva) y un gol mal anulado a Diego Costa.
Tras el
descanso, pudo el Betis adelantarse en el marcador. Un buen balón al hueco de
Molina lo remató Juan Carlos, estrellándose la pelota en el poste de la
portería de Courtois. Pero todo cambio al instante, en escasos diez minutos. El
conjunto de Calderón se quedó en inferioridad numérica al ver Braian la segunda
amonestación por golpear, de manera ingenua y torpe, el balón con la mano. Más
de media hora tenía por delante el Atlético de Madrid para aprovechar el
jugador de más y el cansancio del partido de Europa League disputado por el
Betis. No le hizo falta esperar mucho. Un par de minutos después de la
expulsión del delantero uruguayo, Gabi soltó un derechazo desde fuera del área
para adelantar a los colchoneros. Y colorín colorado. Los verdiblancos no se
recuperaron de los mazazos recibidos y no volvieron a entrar en el partido.
Luego llegó el gol de Diego Costa (tan buen futbolista como macarra) para
cerrar definitivamente el encuentro.
Hace
justo una vuelta, cuando estos dos mismos equipos disputaron el partido en el
Vicente Calderón, el titular de mi crónica fue “Segundazo a la vista”. No me
las quiero dar de visionario y menos con este tipo de aciertos, pero es que
desde hace mucho tiempo es evidente cual será el destino del Betis.
LO MEJOR: la ovación a Nono.
LO PEOR: obviamente, la derrota, sin pasar
por alto la enésima lesión de un jugador bético. Esta vez fue Amaya el
lesionado.
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