domingo, 6 de mayo de 2012

Sin corazón no hay victoria


Sporting de Gijón 2 (Los dos de Sangoy) – Real Betis Balompié 1 (Jorge Molina)

Dijo Pepe Mel en la rueda de prensa con más razón que un santo, que “estos partidos los gana el que pone más corazón” El Betis perdió por ese motivo: su rival le puso más intensidad, más ganas, más corazón.

Los dos equipos tenían en el horizonte un sueño muy difícil de cumplir. El Betis aspiraba a la Europa League si se daban una serie de rocambolescos resultados, que no se dieron por otra parte. El Sporting quería seguir manteniendo encendida la llama de la salvación, y aun la tiene. Eso si, de las ochenta y ocho posibles combinaciones, el club asturiano sólo se salva en una. Cábalas al margen, el partido fue malo, feo y aburrido. Pudo cambiar si Rubén Castro hubiera materializado el mano a mano que tuvo con empate a cero en el marcador. No fue así, y a renglón seguido, unas manos de Amaya dentro del área permitieron al conjunto de Clemente adelantarse al transformar el penalti Sangoy. Empató el Betis antes del descanso tras una buena jugada de Rubén Castro. El canario se internó en el área, recortó y chutó, pero Juan Pablo desvió el balón, que llegó hasta Pozuelo para que este tirara a puerta, siendo el balón desviado por Molina colándose en la portería rojiblanca en la última jugada de la primera parte. A la vuelta de vestuarios más de lo mismo. Poco jugo, pocas acciones brillantes y pocas oportunidades. Prácticamente la única que tuvo el Sporting la convirtió, nuevamente Sangoy, en el 2-1 definitivo.

Con el objetivo cumplido desde antes de empezar el derbi y con la clasificación europea inalcanzable, el Betis cerrará frente al Barcelona una temporada excelente pero rara, por sucesión de rachas positivas y negativas. De todos da igual cómo se encadenen los puntos. Lo importante era hacerlo y se ha hecho.

LO MEJOR: el debut de Nono.
LO PEOR: perder un partido siempre es malo.

2 comentarios:

  1. Yo sabía que ese partido se perdía sí o sí, como diría el caralenteja.
    Es lo que tiene eso de hermanamientos y no sé que chorradas más. El Betis ya había cumplido con creces el objetivo y encima con la euforia de ganarle a los palans en su campo. Ahora venía hacerle el favor al Sporting.
    Pues ya nos debe dos, aquel del gol de Cherichev que lo salvaban y a la vez bajaba al Sevilla y ésta.

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