Rayo Vallecano 3 (Rochina, Paulao en propia puerta y Larrivey) – Real Betis Balompié 1 (Chica)
Si hace
una semana elogiábamos la actitud de los futbolistas del Betis pese a ser
derrotados por el Sevilla en el derbi hispalense, hoy no queda otra que
criticar la actitud y la imagen ofrecida en Vallecas. Por mucho que todo esté
perdido, es indignante un partido como el de hoy.
Desde
primera hora el Rayo controló el esférico y el ritmo del partido. El Betis no
se enteraba (o no se quería enterar) de qué iba la cosa y se vio desbordado por
el conjunto vallecano. Al cuarto de hora, un error garrafal de Paulao al ceder
el balón al portero permitió al local Rochina batir a Adán y encarrilar el
partido. El central brasileño terminó de apuntillar a su propio equipo doce
minutos después, tras meterse un gol en propia puerta. De manera cobarde y
ridícula pidió el cambio y Calderón le hizo caso. El papelito del entrenador
argentino es de traca. Cierto es que en muchos partidos ha hecho, por lo menos,
competir al equipo, pero le viene grande el Betis, muy grande.
El
encuentro siguió por los mismos derroteros, con un Betis que no daba una a
derechas y que fallaba goles fáciles, siendo protagonista de estos fallos Rubén
Castro, que estuvo muy individualista y egoísta. Larrivey hizo el tercero a
poco de reanudarse el partido y la goleada escandalosa se barruntaba. Dos lanzamientos
al larguero salvaron a los verdiblancos de encajar más goles. Para terminar de
ser un partido esperpéntico, el gol de los de Heliópolis lo consiguió Javi
Chica.
Menos
mal que quedan solo cuatro partidos para que termine esta temporada nefasta y
horrorosa. Esperar que el final de esta pesadilla sea digno es como cuando se
confiaba en una remontada milagrosa para salvar la categoría: imposible.
LO MEJOR: la dedicatoria de Chica tras el
gol.
LO PEOR: Paulao y Calderón.
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