Una pérdida de balón de Beñat en el centro del campo, una jugada a la contra, una salida a medias de Casto y un sutil toque de Borja Valero acabaron con un triste Betis, incapaz de lograr algo positivo ante un rival plagado de bajas importantes.
Movió el banquillo Pepe Mel y dio entrada a Matilla en lugar de Iriney para que el Betis creara más juego ofensivo. La intención fue buena pero el resultado nulo. La única ocasión del Betis en la segunda mitad fue un lanzamiento desde mitad del campo de Montero que a punto estuvo de colarse en la portería del Villarreal. Es fantástico que Mel no renuncie a su estilo de juego, pero tener sobre el césped a dos delanteros de metro noventa y no colgar un solo balón es desperdiciar el posible potencial aéreo de Molina y Santa Cruz. Antes de todo esto se produjo un penalti de Gonzalo a Castro que el árbitro no vio. De nada sirve esta excusa, porque jugando sin velocidad, profundidad y chispa es imposible ganar.
Casi dos meses lleva el Betis sin ganar un partido de Liga. Mucho tendrá que cambiar el equipo de Mel para volver a ser el de septiembre. Mucho trabajo le queda al entrenador bético por delante. Y el domingo llega la Real Sociedad, farolillo rojo de la división.
LO MEJOR: pese al error del gol, me quedo con un par de paradas de Casto.
LO PEOR: ocho partidos sin ganar y un solo gol en esos encuentros.
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