El Betis encontró la rosa

Granada C.F. 0; Real Betis Balompié 1 (Rubén Castro)

Dice Javier Ruibal en su canción La rosa azul de Alejandría que “no siempre hay rosas en Granada”, pero cuando el último sábado de agosto estaba a punto de terminar, Rubén Castro si que encontró la más preciada de todas, disfrazada de un gol que hizo estallar al beticismo, que ve como su equipo vuelve a Primera con una merecida victoria.

El partido se puede resumir en una frase de Mel en la rueda de prensa: “empezamos nerviosos pero hemos dominado con claridad" Así discurrió el encuentro. El Granada, que 35 años después volvía a la máxima categoría, empezó fuerte, con un alto ritmo de juego y excediéndose también en faltas duras. Poco a poco el Betis se fue librando del dominio del conjunto rojiblanco, si bien fue éste quien más cerca estuvo del gol en un remate de cabeza que Casto desvío a córner con una magnífica parada. Los de Mel lo intentaban por las bandas con las incursiones de Montero y el debutante Vadillo. 16 añitos y ya ha debutado el chaval en Primera.

En la segunda mitad se notó más aun el cambio de dinámica del partido. Ahora era el Betis el que dominaba y el Granada el que buscaba la victoria mediante contragolpes. El domino iba en aumento y el último cuarto de hora se jugó casi en su totalidad en la mitad que defendían los hombres de Fabri. Una falta sacada por Salva Sevilla se topó con el larguero tras desviarla un defensa granadino, y a falta de un par de minutos, Pereira se aprovechó de una caída de un zaguero rival para adentrarse en el área y servirle en bandeja a Castro el balón para que el canario lo enviara al fondo de la portería con su cabeza. De ahí al final nada de nada.

No hay mejor manera de empezar la liga que ganando. Así lo ha hecho el Betis, que aunque feliz con su victoria, debe seguir trabajando duro para mejorar. Paso a paso se conseguirá el objetivo de la temporada. El primero ya está dado.

LO MEJOR: volver a Primera con una victoria y el debut del joven Vadillo.
LO PEOR: Pérez Lasa, que junto con Iturralde logran ponerme de los nervios cada vez que arbitran un partido de fútbol.