VOLVEREMOS A LO GRANDE

El caprichoso azar ha deparado un derbi a las primeras de cambio. Apenas tres meses después del ascenso, el Real Betis volverá a disputar un partido de Primera frente al eterno rival. Y encima en pleno mes de agosto.

Poco más de cuarenta días faltan para que veamos a nuestro Betis saltar al césped del Villamarín para enfrentarse al Sevilla. Ahora hay un motivo más para empezar la Liga a tope, dejando claro que nuestro equipo está preparado para la competición y que demostrará a lo largo de la temporada las mismas virtudes que le llevaron a conseguir con holgura el ascenso. Sinceramente creo que el sorteo ha premiado al Betis con la posibilidad de comenzar de la mejor manera posible la Liga: ganándole al Sevilla. Para ello habrá que trabajar duro en la pretemporada. Y no sólo en el aspecto físico, sino también en el emocional. Mel ya sabe que tiene que motivar al equipo desde el primer día que se pongan en marcha. La exigencia del primer partido es brutal, y el cuerpo técnico debe concienciar a los jugadores de la importancia del mismo.

Por otro lado, espero que desde las directivas se fomente el buen ambiente, la paz y la armonía. Sin obviar la rivalidad, ésta debe ser sólo deportiva. Hay que dejar claro que este partido tiene que ser una fiesta. Los buitres de la prensa de la capital del reino esperan con ansiedad un desliz para atacar con toda su violencia e injusticia a la ciudad de Sevilla. Tenemos que demostrar la clase y la categoría que aquí hay, y más nosotros los béticos, que somos los que actuamos como locales en este derbi veraniego. Las altas temperaturas que seguro marcarán los termómetros no deben trasladarse a las aficiones.

Ya huele a derbi en el Villamarín. Ya cuento las horas para poder vibrar con mi equipo. Pero todo esto estará incompleto. Mi hermano, con el que he vivido todos los partidos del Betis, no podrá vivir este derbi al encontrarse en Inglaterra. Tendré que gritar por los dos. Un abrazo Joaquín.