lunes, 18 de julio de 2011

El castillo de naipes


El Real Betis Balompié vive en una profunda crisis económica (y quien no) debido a la gestión del innombrable. Esto es una obviedad, como lo es el proceso de recuperación que está en marcha, aunque de momento la velocidad sea lenta y pausada. De todas maneras se empiezan a ver detalles positivos que alimentan la esperanza. Sin embargo, todo depende de un hilo, todo el entramado concebido por los actuales rectores está supeditado a una sola cosa: que el proyecto deportivo funcione.

Para ello se ha confiado el timón de mando a Pepe Mel y su staff técnico. Se lo han ganado a pulso y el beticismo confía plenamente en ellos. Para que todo salga a pedir de boca, el preparador madrileño cuenta ya con varios refuerzos de su agrado, que proporcionan un claro salto de calidad y experiencia a la plantilla. Pero como decía antes, todo depende de un hilo. Todo depende de que los jugadores estén implicados al 100% y se aíslen de los problemas del club y tiren para adelante. Se ha hablado de rebajas sustanciales en los sueldos de muchos futbolistas y de posibles medidas drásticas en caso de que no se ajusten al tope salarial establecido por el club. Creo sinceramente que la predisposición de los jugadores es positiva, pero si desde el club no se sigue una línea común para todos los ámbitos, esa predisposición se convertirá en negativa. Me refiero, por si había dudas, al insultante y desproporcionado sueldo que pretenden cobrar los administradores concursales. Espero que desde el club se proteste ante quien haya que hacerlo por el desmesurado valor de las minutas que quieren cobrar los tres administradores. Para mí y para muchos béticos que confían en la actual directiva sería una decepción que se tolerara tal disparate. Se ha atisbado una protesta por parte del club, aunque ésta ha sido muy blandita. Supongo que será por que quieren ir con mesura y sin calentar y enrarecer el ambiente. Ojala sea por eso, pero la protesta no se puede olvidar.

Si por un lado se pide un esfuerzo a los jugadores y por otro se les permite cobrar esa gran cantidad de dinero a los administradores, los futbolistas empezarán a desconfiar de sus dirigentes, repercutiendo en los resultados deportivos. Por el bien del Betis, que se solucione rápido y para bien. Si no es así, el castillo de naipes que tiene el club como cimientos se tambaleará y acabará por derribarse, sin poder comprobar si el proyecto de Guillén y compañía puede convertir esos débiles pilares en fuertes bases para crear el Betis del futuro.

1 comentario:

  1. Verdaderamente sigo flipandolo con lo que cobran los administradores. Esa cantidad desorbitada explica muchas cosas...

    Pásate por mi blog y ve el post que he publicado con respecto a eso.

    Un saludo y VIVA EL BETIS!

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