Que el
Betis iba a estar en Europa la temporada que viene era un secreto a voces. Era
además merecido, justo y necesario. Ayer lo certificó, en un mal partido (y qué
más da), logrando el punto que le faltaba.
Porque
el partido fue malo, ramplón, con muchos fallos e imprecisiones. Claro que todo
pudo cambiar si Pabón hubiera logrado marcar en una clara ocasión a los pocos
de partido. No lo hizo y el juego del Betis se volvió lento y torpe. Los
jugadores se resbalaban mucho, quizá homenajeando a Nosa en su debut. Bromas al
margen, bien pudo pasar que los nervios hicieran mella en el ánimo de los que
se pusieron la elástica verdiblanca. Lo cierto es que los de Mel no daban pie
con bola y el rival se envalentonó y asustó varias veces a los béticos. Tanto
que al final llegó el gol levantinista merced a un certero remate de cabeza de
Pedro Ríos. El Betis perdía y el Rayo empataba. Un gol vallecano dejaba al
Betis a expensas de los recursos en los tribunales, teniendo que aguantar más tiempo
con incertidumbre y sufrimiento.
En ésas
estaba la cabeza del bético cuando Jorge Molina (temporadón del delantero) armó
su pierna derecha y golpeó con violencia pero con precisión a la pelota, que se
fue a la escuadra de la portería rival. El trabajo estaba hecho. El punto necesario
lo tenía el Betis en el bolsillo. Pudo apretar para lograr la victoria y así
encaramarse a la sexta plaza tras la derrota del Málaga. Pero eso suponía
correr riesgos y dejar huecos al Levante. Y además, puede que después de todo,
no haga falta ser sextos para disputar solo una ronda previa para acceder a la
Europa League. Pronto lo sabremos.
La
temporada ha sido exitosa, brillante y alegre. El equipo ha superado con creces
las expectativas y se ha ganado a pulso el billete europeo sin tener que esperar
a lo que diga la justicia deportiva. Enhorabuena al Betis y todos los béticos.
LO MEJOR: mirar la tabla en la jornada 38 y
ver al Betis en puestos europeos.
LO PEOR: hoy no hay reproche alguno.
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