sábado, 20 de agosto de 2011

El cambio de imagen y el chófer


El Betis anda metido en un proceso de renovación total. Este cambio de imagen afecta a todas las parcelas del club, desde la deportiva hasta la institucional pasando por las taquillas y adecuando al siglo XXI los vestuarios del Villamarín. Pero todavía quedan detalles por pulir.

Hoy en Facebook he podido ver fotos de la nueva imagen del vestuario del Real Betis. Fotos de los jugadores, sitios personalizados, frases y palabras de ánimo y aliento... en definitiva, un vestuario propio de un equipo de la entidad del Betis. Romper con el cutrerío del pasado era obligatorio y se están dando pasos para ello. La web del club se ha modernizado; el estadio cuenta con varios puntos con desfibriladores; se han cerrado acuerdos de patrocinios beneficiosos para la maltrecha economía del club; se está ultimando una renovación de la plantilla, que comenzó la pasada campaña y que terminará en breve con la salida de jugadores que no tienen el nivel necesario para vestir la camiseta bética. Tal es la metamorfosis que ha sufrido la plantilla, que sólo dos jugadores (Casto y Nelson) pertenecían a la que descendió en 2009, y el caboverdiano parece no tener un futuro esperanzador en el Betis y su salida también puede sellarse. Arzu, Vega y Juande, que también descendieron, no tendrán dorsal en caso de que no cierre su salida del equipo. Y para rematar la faena, en las próximas horas o días se concretarán alguna que otra llegada para reforzar la nómina de jugadores. Zigic tiene todas las papeletas para ser el ariete que anhela Mel y se trabaja para la vuelta de Miguel Lopes, que se unirán a la llegada de Ustaritz. Precisamente viendo en televisión la llegada del central vasco al aeropuerto de San Pablo, comprobé que hay cosas que todavía tienen que cambiar en el club. No es que tenga nada personal en contra del chófer que recogió al citado jugador con el coche oficial del club, pero creo que el grado de profesionalización de la entidad debe llegar hasta estos extremos. El célebre Chupe no puede ser el encargado de recoger a los jugadores que aterrizan en Sevilla para convertirse en nuevos jugadores béticos. Por mucha corbata y bien peinado que vaya, este empleado huele al más rancio loperismo y eso no se puede consentir el actual Betis. Recuerdo como apareció el Chupe con una caja de botellas de agua en las colas para sacar las entradas del partido del centenario, diciendo que eran un obsequio de Lopera.

Detalles como el del chófer pueden parecer nimios e insignificantes, pero hay béticos que aún nos entran escalofríos viendo como queda algún resto del pasado. Reitero que la renovación debe ser total y absoluta. Es la única forma de tener un Betis ajeno a cualquier tiempo pasado.

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